El Caserío San Pedro

El Caserío San Pedro es un auténtico caserío asturiano del siglo XVIII, que hace 20 años abandonó su actividad ganadera para convertirse en uno de los primeros alojamientos de turismo rural de la zona de Llanes.

Forma parte de una quintana de labor agroganadera de más de 40 Ha en la que disfrutar de la tranquilidad, del descanso y del sonido de los pájaros por las mañanas. El lugar ideal para aislarse del ruido y de las prisas.

Cuenta con 2 hórreos, una capilla (declarada Bien de Interés Cultural y dedicada a San Pedro), un llagar de sidra, y amplios espacios de césped verde con zonas de juegos para niños y árboles frutales.

Además, tenemos un bosque propio, con árboles autóctonos, por el que es un gusto pasear en cualquier época del año.

Las casas rurales Caserío San Pedro

El Caserío cuenta con 2 casas rurales: una de alquiler íntegro para 6 personas y otra en la que ofrecemos tanto el alquiler de habitaciones dobles con desayuno, como la posibilidad de alquilarla íntegramente para 8 personas.

Las dos casas tienen excelentes vistas al desfiladero del río de las Cabras, a la sierra de Cuéra y al valle de Caldueño.

Se encuentra muy próximo a los Picos de Europa. Las distancias desde el Caserío hasta los puntos más conocidos son:

• 15 Km. a Arenas de Cabrales y a unos 25 de Poncebos, el punto de entrada a la Ruta del Cares
• A 44 Km de los Lagos de Covaconga. 
• A 10 Km de las playas más cercanas (Barro y Niembro, Celorio y San Antolín).
• A 20 Km de Llanes.

Senderismo y contacto con la naturaleza 

Desde nuestras casas, sin necesidad de coger el coche, o desplazándose en coche una pequeña distancia, hay innumerables senderos para caminar y descubrir rincones, escuchar las esquilas o lloqueros, los trinos de cucos, mirlos, petirrojos, zorzales y ruiseñores.

El agua está siempre presente, como fuentes, pequeños regueros o torrentes que nacen entre las rocas.

Incluso en los días más calurosos del verano es posible pasear bajo la sombra de los árboles autóctonos: encinas, robles y castaños centenarios. Sus cambios de colores con las distintas estaciones del año harán que tus paseos por el mismo sendero, te permitan disfrutar de un paisaje diferente: verde intenso en primavera y verano. Rojos, amarillos y ocres cuando llega el otoño.

En nuestro entorno podrás disfrutar de hermosos ejemplares de nogales, avellanos, manzanos y cerezos; acebos, abedules y alisos; viven armoniosamente con el boj, el brezo, las zarzamoras, los tojos y, por supuesto, una gran cantidad de setas comestibles que hacen de nuestra zona de quienes disfrutan de la micología.